sábado, 9 de mayo de 2009

Gala attack


No leo el periódico, ni siquiera estoy inscrita a uno. Lo intenté, pero al día siguiente de subscribirme  el repartidor timbro en mi puerta. “¿En qué puedo ayudarlo?” El hombre estaba un tanto golpeado, tenía sus pantalones rotos en la rodilla y olía mal ¿mencione que en ese entonces vivía muy en las afueras de la ciudad? ¿Qué era temporada de lluvias y no podías ver los hoyos gigantes que habían en mi calle donde fácilmente podría habitar un hipopótamo?¿Se me olvido decir que al otro lado de la calle había una granja de gallinas y con la lluvia todos los desechos iban a parar a mi calle para rellenar los hoyos donde cabían hipopótamos y seguramente cayó el repartidor? Esa fue la primera y última vez que recibí el periódico en mi casa, no tuve tiempo de agradecerle al pobre hombre mientras huía despavorido en su bicicleta ¿mencione que tengo un Bernés de la Montaña con problemas de actitud? ¡Oh si! 40 kg de desbalance químico con dientes muy afilados, run forrest, run!

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