lunes, 1 de agosto de 2011

Ja. Es todo lo que puedo decir.

En mi secundaria no era la niña más “normal” del planeta. Era el tipo de niña que en 6to de primaria convirtió, por una breve temporada, al 50% de sus compañeritos al ateísmo y en 6to de primaria lanzó una campaña en pro de los gays. De hecho decía que me casaría con uno de ellos y sería feliz por siempre… aja. Nada normal la niña.

Esto obviamente no le causaba la menor gracia a mis directoras pero técnicamente no estaba rompiendo ninguna regla por lo que no me pudieron correr. En uno de estos múltiples regaños Miss. Lupita, una de las directoras cotorras, me dijo que mi sentido del humor negro y mi incapacidad de ser normal, lo que quiera decir eso, no me llevarían a ningún lado. Ja.

¡Ja! Repito.

Es precisamente ese sentido del humor y esa “incapacidad” de ser normal lo que me dieron mi trabajo de ensueño. Carajo, uno debe apreciar un trabajo donde se puede o no ser propietario de un peine, donde tener al menos un par de converse en el closet es requisito y nadie sabe amarrar una corbata, pero ni por error. Esos defectos me colocaron en una de las 10 agencias más importantes de publicidad en México (la número 1 en Guadalajara). Puta, hasta mi puesto es chido soy "Creativo Jr.", supera eso.

Entonces Miss. Lupita, sólo me queda decirle una cosa: Pum mother fucker! Haters gonna hate!