miércoles, 23 de abril de 2008

Los Royal Tenenbaums

The Royal Tenenbaums (2001) de Wes Anderson es, en todo el sentido de la palabra, una película polifacética. Las múltiples lecturas que se le pueden dar a este film varían con el estado de ánimo y conocimiento del autor. Podemos ir desde un superfluo entretenimiento hasta un sentido filosófico, o un recorrido rico en calidad musical. Pero analizar toda la película es trabajo digno de una tesis, habrá que enfocarse en solamente una de las escenas más relevantes y ricas, tanto en contenido visual como interpretativo.

La escena del suicidio de Richie Tenenbaum, interpretado por Luke Wilson, tiene una fuerza impresionante. En el sentido visual Anderson logra impactar al público gracias a su uso de una iluminación con tonos azules pasando a alto contraste con el rojo de la sangre. Primero vemos a un Richie de cara cubierta por su barba poblada, lentes obscuros y cabello largo. Está en un baño viéndose al espejo, poco a poco se empieza a quitar los accesorios, corta su cabello y rasura su barba. Pasa a cortarse las venas con la navaja de un rastrillo antiguo. En sentido literal esta escena es hermosa no solo por el uso de color, pero por la armonía de los elementos utilizados. Todos antiguos, o con un valor agregado por el paso del tiempo.

A nivel interpretativo podemos decir mucho, todos aquellos objetos que cubren el rostro de Richie lo apartan a su vez del mundo en el que vive. Protegiéndolo así de los que le rodean, y sobre todo de si mismo. Es gracias a esta barrera que es capaz de ocultar sus sentimientos hacia su hermana, que no son solo de tipo fraternal sino también a un nivel erótico. Pero es al notar que ella lleva una vida alterna, llena de aventuras amorosas, que él no puede más y decide exponer al mundo sus sentimientos. Al no poder con esta sobre carga de sentimientos, y sentirse abrumado, opta por quitarse la vida (o al menos intentarlo).

Ya con los dos argumentos previos es irrefutable el hecho de que esta escena es una obra de arte pero hay que agregarle el valor emocional adquirido de dicha escena. Fue 4 años después que el cantautor Elliott Smith, cuya canción Needle in the Hay complementa esta escena, decide quitarse la vida. Su depresión, notaria en su material, más una discusión con su novia lo llevó a auto apuñalarse con un cuchillo de cocina. Teniendo esto en mente, uno no puede ver la escena igual que antes, se vuelve una imagen llena de melancolía y de tono profético.

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